sábado, 9 de junio de 2007

Declaración de Norte respecto de la situación política en España

La actual situación política a nuestro país se caracteriza por un significativo aumento de peso d’aquellas clases que tradicionalmente han sido excluidas del poder de l’estado. El motivo d’esta evolución hace falta buscarlo en la confluencia de tres factores: la incapacidad de los EEUU de mantener iniciativas que le garanticen el mantenimiento de su hegemonía en el medio y el largo plazo; el mayor periodo d’estabilidad democrática – treinta años ininterrumpidos- de la historia d’España; y una casi tan larga coyuntura de crecimiento económico sostenido.

Nuevas fuerzas político-sociales casi siempre asociadas a burguesías locales de reciente nacimiento o revitalizadas por la coyuntura favorable lentamente se organizan, se auto identifican y dónde son más fuertes se plantean con creciente radicalidad sustituir el modelo político que hasta ahora ha servido al reducido núcleo oligárquico que detenta el poder económico y político de España.

El gradual desarrollo económico a lo largo de un amplio periodo de estabilidad política junto al disfrute de una posición geoestratégica privilegiada de la proximidad física al mercado europeo, hace cada día que se generan nuevas iniciativas socioeconómicas, más allá de los resortes de control del estado oligárquico en un lento despertar del país.

No es una cuestión de derechas ni de izquierdas, del PP o del PSOE, es más una cuestión de modernización social y de competencia económica. En un país con la estructura económica basada en macroempresas surgidas de antiguos monopolios y privilegios, que nunca se han adaptado suficientemente a condiciones de mercado competitivas, y que son deudoras desde siempre de la protección y tutela del estado, resulta normal que se abran espacios y oportunidades de negocio a pequeñas empresas, muchas de ellas, más ágiles, dinámicas y competitivas que las mastodónticas corporaciones, por mucho que estén apoyadas por el poder político, por los bancos o que sean monopolios de facto.

Esta nueva realidad hace que se configure una realidad social y una mentalidad nueva. Al mismo tiempo la democratización de las instancies administrativas de l’estado sobre todo en los municipios y las comunidades autónomas reduce en importante medida la capacidad maniobra de las grandes empresas de l’oligarquía para asegurarse el monopolio de los contratos de suministros, abastecimiento y servicios de estas administraciones. Contratos que ya muchos casos son resueltos en el ámbito local y adjudicados a emprensas de este ámbito.

Está claro que el sistema constitucional del 78, con las fuerzas políticas que lo gestaron y que hoy lo apoyan es todavía la principal garantía jurídico-política del poder oligárquico. Es por esto que la reestructuración de la organización territorial del Estado es el núcleo de la lucha política y el principal asunto que enfrenta hoy a las fuerzas progresistas y reaccionarías. Una amplía reestructuración y federalización podría suponer un gran salto modernizador del país y una nueva oportunidad de corregir las deformidades y limitaciones del modelo socioeconómico que España ha heredado del siglo XIX.

Por todo esto, aunque el PSOE haya sido en general en el presente periodo democrático una fuerza garantista del sistema constitucional-oligárquico, en el momento actual con el gobierno de Zapatero, su posición, debido a la agresividad con que el Partido Popular le fustiga, y por la capilaridad que sus bases tienen respecto de los elementos democráticos y posiciones adelantadas de la sociedad, lo es tan débilmente que puede abrir las puertas a un cambio más allá de sus planes iniciales. La necesidad del gobierno del PSOE de proveerse de una amplía base social que corrija la debilidad con la que ganó las elecciones de 2004 esta haciendo que se adopten un paquete de medidas que en tres escasos años han cambiado la España de Aznar por otra que se postula de vanguardia mundial en derechos civiles y sociales.

Es necesario, no obstante, no olvidar que su posición no es otra que la de establecer un punto de equilibrio entre las aspiraciones de las nuevas burguesías de aumentar su poder y la de la oligarquía de ceder lo mínimo, y en todo caso mantener aquello que es sustancial. El Estatuto de Cataluña –de Zapatero y Mas- es la ejemplificación de este punto de equilibrio. La generalización del modelo catalán en todas partes –a pesar de los recortes de última hora- no deja de ser un gran paso hacia adelante de las nuevas burguesías y un retroceso en el margen de maniobra económico y político de la oligarquía. Un paso limitado pero de avance en el camino de un futuro asalto más ambicioso al poder económico de la oligarquía.

El proletariado –trabajadores y clases populares- en esta situación no podemos ser neutrales. Tampoco en cambio debemos reducir nuestro programa o nuestras organizaciones a los intereses de esta nueva burguesía con la que compartimos la parte del programa democrático y antioligárquico pero de la que nos diferenciamos inmediatamente a partir de él. En la situación actual en la que nuestra clase no dispone de fuerzas organizadas propias, las tareas a realizar son las de crear condiciones para poder tener de nuevo nuestras organizaciones, mientras impulsamos la transformación democrática en marcha.

La continuidad de esta transformación en el momento actual puede mantenerse e incluso acelerarse con un nuevo gobierno del ala izquierdista del PSOE representada por Zapatero, sin lugar a dudas un recambio a favor del PP, significaría un fortalecimiento de las posiciones más prooligárquicas y reaccionarías, y por lo tanto un retraso o freno del movimiento democrático.

Las posiciones políticas de organizaciones de falso carácter izquierdista como son Eta y su entorno político, en cuanto que anteponen los intereses propios a los del movimiento democrático general deben ser denunciadas. De manera oportunista e irresponsable se han aliado objetivamente con el PP y con sus socios internacionales para liquidar el actual gobierno y cerrar el paso a sus reformas.

Las fuerzas progresistas debemos ser capaces de resituar el problema vasco en un punto que nos permita adelantar y este no es la tregua o el desarme de Eta, sino el nuevo estatuto vasco. La desaparición de Eta sólo podrá ocurrir en un nuevo escenario en el que el pueblo vasco no la apoye en ninguna concejalía, ayuntamiento o institución. Un escenario en el que se rechace el chantaje, extorsiones y asesinatos de esta banda como ajenos a su sentir y los denuncie como prácticas propias de los explotadores y opresores de los pueblos.

Es el modelo de Catalunya –y cuanto más ‘maragalliano’ mejor- el que ha de impulsarse, con las especificaciones propias que hagan falta, tanto en Euskadi como para el resto de las comunidades autónomas, y por lo tanto, retomar la iniciativa política con las fuerzas progresistas, iniciativa que lleve a buen fin una reorganización territorial del Estado en el camino de la próxima revolución democrática, que ahora la burguesía ha puesto en marcha, y que el proletariado culminará.

Valencia, junio de 2007


Declaració de Norte respecte de la situació política a Espanya

L’actual situació política al nostre país es caracteritza per un significatiu augment de pes d’aquelles classes que tradicionalment han estat excloses del poder de l’estat. El motiu d’aquesta evolució cal buscar-lo en la confluència de tres factors: la incapacitat dels EEUU de mantenir iniciatives que li garantesquen el manteniment de la seua hegemonia en el mig i el llarg termini; el major període d’estabilitat democràtica – trenta anys ininterromputs- de la historia d’Espanya; i una quasi tan llarga conjuntura de creixement econòmic sostingut.

Noves forces político-socials quasi sempre associades a burgesies locals de recent naixement o revitalitzades per la conjuntura favorable lentament s’organitzen, s’auto identifiquen i on son més fortes es plantegen amb creixent radicalitat substituir el model polític que fins ara ha servit al reduït nucli oligàrquic que detenta el poder econòmic i polític d’Espanya.

El gradual desenvolupament econòmic al llarg d’un ampli període d’estabilitat política junt al gaudiment d’una posició geoestratègica privilegiada per la proximitat física del mercat europeu fa cada dia que es generen noves iniciatives socioeconòmiqes més allà dels ressorts de control de l’estat oligàrquic en un lent despertar del país.

No es una qüestió de dretes ni d’esquerres, del PP o del PSOE, es més una qüestió de modernització social i de competència econòmica. En un país amb l’estructura econòmica basada en macroempresses sorgides de antics monopolis i privilegis, que mai s’han adaptat suficientment a condicions de mercat competitives, i que son deutores des de sempre de la protecció i tutela de l’estat, es normal que s’obriguen espais i oportunitats de negoci a xicotetes empreses, moltes d’elles, més àgils, dinàmiques i competitives que les mastodòntiques corporacions per molt que estiguen recolzades pel poder polític, pels bancs o que siguen monopolis de facte.

Aquesta nova realitat fa que es configure una realitat social i una mentalitat nova. Al mateix temps la democratització de les instancies administratives de l’estat sobre tot als municipis i a les comunitats autònomes redueix en important mesura la capacitat maniobra de les grans empreses de l’oligarquia per assegurar-se el monopoli dels contractes de subministres, abastiment i serveis d’estes administracions. Contractes que ja en mols casos son resolts em l’àmbit local i adjudicats a empreses d’aquest àmbit.

Es clar que el sistema constitucional del 78, amb les forces polítiques que el gestaren i que hui li donen suport es encara la principal garantía jurídico-política del poder oligàrquic. Es per això que la reestructuració de l’organització territorial de l’estat es el nucli de la lluita política i que es a favor o en contra es posicionen hui les forces progressistes o reaccionaries respectivament. Una amplia reestructuració i federalització podria suposar un gran salt modernitzador del país i una nova oportunitat de corregir les deformitats i limitacions del model socioeconòmic que Espanya ha heretat del segle XIX.

Pet tot açò, encara que el PSOE haja estat en general en el present període democràtic una força garantista del sistema constitucional-oligàrquic, en el moment actual amb el govern de Zapatero, la seua posició, per l’agressivitat amb que el Partit Popular l’està fustigant, i per la capil·laritat que les seues bases tenen respecte dels elements democràtics i posicions avançades de la societat, ho es tan feblement que pot obrir les portes a un canvi més enllà dels seus plans inicials. La necessitat del govern del PSOE de proveir-se d’una amplia base social que corregisca la debilitat amb la que va guanyar les eleccions de 2004 esta fent que s’adopten un paquet de mesures que en tres escassos anys han canviat l’Espanya d’Aznar per altra que es postula d’avantguarda mundial en drets civils i socials.

Cal però no oblidar que la seua posició no es altra que la d’establir un punt d’equilibri entre les aspiracions de les noves burgesies d’augmentar en poder i la de l’oligarquia de cedir el mínim i en tot cas mantenir el substancial. L’estatut de Catalunya –de Zapatero y Mas- es la exemplificació d’aquest punt d’equilibri.

La generalització del model català a tot arreu –tot i les retallades d’última hora- no deixa de ser un gran pas cap avant de les noves burgesies i un retrocés en el marge de maniobra econòmic i polític de l’oligarquia. Un pas limitat però d’avanç en el camí d’un futur assalt més ambiciós al poder econòmic de l’oligarquia.

El proletariat –treballadors i classes populars- en esta situació no podem ser neutrals. Tampoc en canvi hem de reduir el nostre programa o les nostres organitzacions als interessos d’esta nova burgesia amb la que compartim la part del programa democràtic i antioligàrquic però de la que es diferenciem immediatament a partir d’ell.

En la situació actual en la que la nostra classe no disposa de forces organitzades pròpies, les tasques a dur son crear condicions per a que es puguen tenir de nou les nostres organitzacions, mentre impulsem la transformació democràtica en marxa.

La continuïtat d’esta transformació en el moment actual pot mantenir-se i inclús accelerar-se amb un nou govern de l’ala esquerrana del PSOE representada per Zapatero. Sense cap dubte, un recanvi a favor del PP significaria un enfortiment de les posicions més prooligàrquiques i reaccionaries i per tant un retardament o fre al moviment democràtic.

Les posicions polítiques d’organitzacions de fals caràcter esquerrà com son Eta i Batasuna, en tant que posen per davant els interessos propis als del moviment democràtic general han de ser denunciades. De manera oportunista i irresponsable s’han aliat amb el PP i seus socis internacionals per tal de liquidar l’actual govern i tancar el pas a les seues reformes.

Les forces progressistes hem de ser capaces de resituar el problema basc en un punt que ens permeta avançar, i aquest no es la treva o el desarmament d’Eta, sinó el nou estatut basc. La desaparició d’Eta sols podrà ocórrer en un nou escenari en el que el poble basc no li done suport en cap regidoria, ajuntament o institució. Un escenari en el que es rebutje el xantatge, extorsions i assassinats d’esta banda com aliens al seu sentir, i els denuncie com a pràctiques pròpies dels explotadors i opressors dels pobles.

Es el model de Catalunya –i com més ‘maragallià’ millor- el que s’ha d’impulsar, amb les especificacions pròpies que calguen, tant a Euskadi com a la resta de les comunitats autònomes, i per tant, reprendre la iniciativa política amb les forces progressistes per dur a bon termini una reorganització territorial de l’estat, en el camí de la propera revolució democràtica, que ara la burgesia ha posat en marxa, i que el proletariat culminarà.

Valencia, juny de 2007